Emprendimiento vs Adversidad

El Emprendimiento surge de la necesidad de auto emplearse y de lograr la independencia en términos de empleabilidad, esta capacidad de generación de recursos ha sido influenciada e impulsada muchas veces por situaciones adversas como el  fenómeno de la migración hacia la capital que empezó en la década de los sesenta y setenta, sobre todo de familias de la serranía, empezando a poblar las zonas periféricas de Lima conocidas ahora como los conos. Este mismo fenómeno migratorio, sucedió en México, Venezuela, Colombia etc.

La migración de latinos hacia a EE.UU, es el ejemplo más representativo, migrantes que se fueron en busca del sueño americano, ahora en riesgo de deportación por el afiebrado discurso del flamante presidente de los EE.UU. Donald Trump.

Cabe mencionar que los migrantes en Estados Unidos, contribuyen sustancialmente en el desarrollo económico del país del norte, reduciendo considerablemente los costos de mano de obra.

Pero regresando a la realidad de nuestro país recuerdo la frase que alguna vez escuche, en la década de los ochenta en la capital: “Lima es para los limeños”. frase totalmente discriminatoria para los migrantes provincianos que querían forjarse un mejor futuro en la capital.

Ante la adversidad de no tener donde vivir, ni donde trabajar surgió la necesidad del emprendimiento y las ganas de progresar. Hay muchas historias de éxito dignas de resaltar, las más emblemáticas vienen de aquellos migrantes que llegaron a Lima con muchas ilusiones y las ganas de progresar, pusieron sus plásticos y esteras para encarnizar una dura batalla, en un país lleno de desigualdades y vicisitudes, aquellos hombres y mujeres vieron en el emprendimiento la posibilidad de salir de la pobreza y el atraso, ellos son ahora reconocidos profesionales o lo que es más destacable aun, son prósperos empresarios, cuyos hijos y nietos nacidos en Lima, estudiaron y estudian en la actualidad en universidades de prestigio e incluso en el extranjero. Evidentemente darles la posibilidad a sus hijos  de contar con una  educación de calidad les sirvió para tener mejores oportunidades, y fundamentalmente para delegar la administración de  los negocios familiares, ese que empezó su Papá o Abuelo como vendedor ambulante de medias en el centro de Lima, hoy convertidos en tres tiendas de ropa en Gamarra, o el negocio de la Mamá o Abuela en la venta de comida en un triciclo, en la esquina de su barrio, en la actualidad se ha convertido en una cadena de restaurantes. Esa capacidad de emprendimiento fue mucho más fuerte que la adversidad.

Cabe añadir que actualmente, en el Perú, las micros y pequeñas empresas aportan, aproximadamente, el 40% del Producto Bruto Interno, siendo una de las mayores potenciadoras del crecimiento económico del país.

Gracias a esos migrantes luchadores y emprendedores y su decisión de crear empresa irónicamente en la actualidad dan empleo a “Limeños de Casta”. Si es que todavía los hay.