Outsourcing Educativo
El Outsourcing es la delegación de funciones de una empresa a otra que se especializa en dicha tarea, en tanto que la Educación Dual es una formación profesional que combina el aprendizaje en aula con una participación guiada en una empresa o centro de formación profesional especializado.
Esto último aspira a potenciar el desarrollo de competencias en el estudiante porque le permite confrontar y adecuar saberes en un escenario de situaciones reales.
Si entendemos la educación como un proceso productivo (el producto deseado es un profesional competente que pueda aportar significativamente a la sociedad), ¿no se estarían dando las condiciones para aplicar el outsourcing en la educación técnica, donde el estado o las instituciones educativas privadas asumirían el rol de subcontratantes y las empresas calificadas las de sub contratadas? …seguro que sí, pero ¿se dan estas condiciones en nuestro país y específicamente en nuestra región?.
La educación, vista como un proceso productivo, demanda completar el desarrollo de capacidades y actitudes fuera de las aulas porque las empresas cuentan con algo que los institutos, en su mayoría, no: recursos productivos (tecnologías de proceso, talleres, maquinarias, equipos, mobiliario, instructores especializados, etc.); pero una tercerización de servicios requiere inversión económica de parte del sub contratante y, habría que preguntarse si la institución educativa (privados) y el gobierno (estatales) estarían dispuestos a ello. A estas alturas esbocemos una somera apreciación respecto al comportamiento de los agentes:
- Muchos estudiantes, anteponen a la oportunidad de formarse y educarse competitivamente, el deseo de obtener una remuneración por su “trabajo”; lo cual supone una negociación “salarial” antes que nada. Muchos entienden que no es justo pagar una pensión de enseñanza a los institutos (privados) y acaso un adicional a las empresas; tampoco corresponde aportar al incremento de ganancias de éstas sin recibir un beneficio económico a cambio. ¿Con qué grado de reflexión y madurez están asumiendo este reto los jóvenes que rechazan un proyecto de ley traído de los cabellos, pero que con un aporte responsable podría mejorarse?. El Perú necesita de técnicos con visión emprendedora que aporten a un desarrollo empresarial competitivo, capaz de insertarlo al mercado internacional no solo por mérito de sus ventajas comparativas (materia prima) sino por el valor agregado que la industria nacional es capaz de incorporar en sus productos; emprendedores que estén dispuestos a competir tanto contra empresas extranjeras posicionadas como contra informales que abaratan precios por la evasión de impuestos, morosidad, adulteración, etc.; técnicos que ayuden a salvar a las MYPES, principalmente en sus primeros años, pues son el principal sostén del PBI en la economía de nuestro país. La mayoría de egresados en Administración de Empresas “cargan sus vacas” y buscan empresas donde laborar ventajosamente, aquellas a las que quizás una vez cuestionaron ideológicamente por “lucrarse con el sudor de la clase trabajadora”.
- Las instituciones educativas deberían prepara adecuadamente a sus alumnos para cuando tengan que confrontar sus saberes con las exigencias reales que el mercado de oportunidades habrá de demandarles. La participación de los alumnos en las empresas exige, entonces, contar con profesionales que monitoreen adecuadamente el desempeño estudiantil en los centros productivos, de preferencia con la experiencia laboral empresarial en las especialidades requeridas y que coadyuven a tomar decisiones para solucionar problemas, con capacidades y actitudes pero también mucho criterio. Si las empresas ven al estudiante como una oportunidad y no una carga seguramente apoyarán decididamente este proyecto.
- Las empresas –que, dicho sea de paso, es muy poco lo que pueden ofrecer en el medio- están acostumbradas a recibir practicantes que hacen de todo menos desempeñarse en actividades y áreas ligadas a su especialidad. Ahora, si entendemos la difícil situación por la que atraviesan las pocas empresas formales y exitosas en el medio, es poco probable que acojan voluntariamente a jóvenes inexpertos que podrían ponerlos en apuro si se accidentan o malogran los activos con los que están en contacto. Por la exigencia de los trabajos y limitaciones de tiempo tampoco es de esperar un acompañamiento apropiado y, en la mayoría de casos, por razones de seguridad, confiabilidad o celo empresarial el acceso a toda información es muy restringido. Creemos que el estado debería preocuparse por adecuar normas y estándares empresariales que viabilicen el proyecto de educación dual e incentiven a aquellas que mejor colaboren con sus propósitos.
Frente a este panorama, ¿qué sería lo más recomendable hasta tanto se calmen las aguas y se emitan leyes apropiadas con responsabilidad?, ¿no sería bueno apostar por convenios con entidades que representen a pequeños empresarios como la Cámara de Comercio, Asociación de Artesanos, etc., aquellos que de manera rotativa pudieran brindar acceso a los estudiantes para que les ayuden a formalizarse (si no lo han hecho aún), gestar alianzas estratégicas para impulsar campañas publicitarias, asesorarles en temas financieros, etc.?. Después de todo, enseñando también se aprende y el outsourcing busca mejorar la calidad de un producto, reducir costos y, por qué no, prepararlo para una opción laboral a futuro. Dios bendiga al emprendedor.
Lic. Miguel MEDINA Pomalaza